lunes, 8 de abril de 2013

ME IMPORTA TRES CARAJOS...


Lo digo redondamente: ME IMPORTA TRES CARAJOS si el joven que realiza un acto solidario lleva remeras del PRO, de la Cámpora, de Estudiantes de la Plata, de Boca Juniors, de la selección argentina de fútbol, del movimiento Evita, de la red solidaria, de “un sol para los chicos”, de Unicef, del Partido Obrero, de la Iglesia Evangelista, de TN, una calavera heavymetálica o la imagen de la virgen de Itatí. En medio del quilombo no me interesa preguntar si las cuantiosas donaciones anónimas o con nombre y apellido fueron hechas por un antikirchnerista, por un peronista, por un radical, por un ateo, por un gallina o por un hincha de Boca. ¡Dejemos de joder con las discusiones intrascendentes! ¿Por qué un militante tiene que sentir vergüenza de su identidad política, religiosa o la que fuere? Si un grupo de jóvenes de una iglesia católica se organizan para distribuir ropa y alimentos, yo no voy a disculpar la responsabilidad de la Iglesia respecto de la existencia de curas pedófilos. Si un grupo de jóvenes de la Cámpora, del Pro o de la organización política que quieran se organiza con sus conocidos para distribuir alimentos, no voy a devanarme los sesos para ver si sus intenciones son electorales, si hacen proselitismo o si quieren salir en la televisión. ¡¡Es una discusión menor!! No me interesa que la solidaridad sea “anónima” ni “apartidaria”. Es más: me parece mejor que sea MULTISECTORIAL. Me interesa poco discutir intenciones, sobre todo porque suelen ser inescrutables. Si el que se organizó lo hizo para levantarse a la mina que reparte colchones, si lo hizo para ganarse el cielo, si lo hizo para limpiar el buen nombre de CFK o de Mauricio Macri, me importa mucho menos que la acción en sí misma. ¡Paremos un poco con el gataflorismo! Si el pibe milita porque milita, si no milita porque es un vago, y así estamos todo el día perdiendo energía en pelotudeces.

Confieso que yo hice poco y nada por los inundados, en comparación con personas cuya identidad política o religiosa seguramente no comparto, e incluso posiblemente esté en las antípodas de la mía.

¡Abrazo de gol!