sábado, 20 de octubre de 2012

DESCANSANDO EN GUALEGUAYCHÚ



¡Qué lindo es disfrutar de un fin de semana en Gualeguaychú! Morfo un asadito por día, camino bordeando el río, ando en bicicleta.... En estos momentos estoy sentado en Café y helados –un barcito muy bien ubicado, con wi fi- escuchando El jardín de los presentes de Invisible en la computadora, mientras miro a la gente pasar.

Entre paréntesis: acaba de pasar una rubia de ojos celestes mirándome mirarla y dejándome un poquito enamorado. Me recordó el poema de Baudelaire ese, que creo se titula "A una que pasa" o algo por el estilo. Lo cierto es que por estos lares, las chicas lindas abundan.

Cada tanto aprovecho para leer, en forma salteada, alguno de los libros que traje. De camino para el café me pintó comprarme dos libros: Encuentros, el lado B del amor, de Gabriel Rolón; y la edición conmemorativa de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Releí Maus, de Art Spiegelman (¡extraordinario!); estoy leyendo el primer tomo de las Obras completas de Bioy Casares -más precisamente La invención de Morel-; las conferencias Sobre el porvenir de nuestras escuelas de Nietzsche y dos libros del crítico inglés Simon Reynolds.

¿Por qué cuento esto? Porque no se me ocurre una mierda para escribir en el blog.
 
El libro de Rolón es grosísimo: dice cosas como que el amor no siempre es algo maravilloso y que todos nos vamos a morir (?). Cágense de la risa, pero con esos textos “amenos”, Rolito se ganó sus buenos mangos. 

¡Qué groso Messi! Cada día juega mejor... no me deja de admirar ese pibe. Se acaba de mandar tres goles, uno más lindo que el otro.

"Enderepente" me pintó extrañar a mi hermana. En fin...

¡Sean felices!