domingo, 18 de marzo de 2012

DONDE SE JUNTAN UN POEMA DE FABIÁN CASAS Y OTRO DE CHARLES BAUDELAIRE


Sentado en un bar de Gualeguaychú, estoy leyendo Horla City, que reúne la poesía completa de Fabián Casas. Un viejito me pregunta el resultado de Boca:

- "Le ganó 1 a 0 a San Martín de San Juan, con gol de Ervitti". Le digo que soy de Boca y al rato me arrepiento. El viejito está tan solo que no para de darme charla durante cinco minutos seguidos: me habla de la cara de culo de Falcioni, de lo magnífico que es Bielsa... Si yo fuera buena persona, pararía de leer y le haría más llevadera su soledad. La lectura suele ser una actividad egoísta, y parece que, en este caso, también lo es el lector. Cuando por fin hace silencio, leo:

A los pies de la cama de mi viejo

Sentado a los pies de la cama de mi viejo
contemplo su cuerpo desnudo y dormido.
Está bien papá, ya han pasado muchos años
y es bueno que duermas un poco.
A través de la ventana se escucha el ladrido de un
            perro.
Me cruzo de brazos en la penumbra de la habitación
y detengo mis ojos en la figura del campeón del mundo:
De pie señores, un poco de respeto para los hombres
                                                            como mi viejo.
que doblegaron sus vidas en trabajos miserables.
No todos podemos zafar de la agonía de la época
                                                                              y así
en este momento
a los pies de la cama de mi viejo
yo también prefiero morir antes que envejecer.

Aparto los ojos del libro, para saborear el poema... me viene a la memoria algo hermoso y terrible que escribió Baudelaire:

La desesperación de la vieja

La viejita arrugada se sentía llena de regocijo al ver a la linda criatura festejada por todos, a quien todos querían agradar; aquel lindo ser tan frágil como ella, viejita, y como ella también sin dientes ni cabellos.

Se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables.

Pero el niño, espantado, forcejeaba al acariciarlo la pobre mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos.

Entonces la viejita se retiró a su soledad eterna, y lloraba en un rincón, diciendo: "¡Ay! Ya pasó para nosotras, hembras viejas, desventuradas, el tiempo de agradar aun a los inocentes; ¡y hasta causamos horror a los niños pequeños cuando les damos cariño!"

4 comentarios:

  1. "La hermosa Hsi Shih frunció el entrecejo. Una aldeana feísima que la vio, quedómaravillada. Anheló imitarla; asiduamente se puso de mal humor y frunció elentrecejo. Luego pisó la calle. Los ricos se encerraron bajo llave y rehusaron salir; lospobres cargaron con sus hijos y sus mujeres y emigraron a otros países". Chuang Tzu (o Zhuangzi, como parece que se debería escribir) siglo IV A.C.

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  2. Gracias Flor!
    Como siempre, los comentarios de Cine Braille se llevan todas las palmas. Gracias por pasar capo!

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  3. El poema en prosa de Baudelaire es tremendo, y el de Casas conmueve.

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